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La apnea del sueño es un trastorno común que ocurre cuando la respiración se detiene mientras se está dormido. Usualmente, quien lo sufre no duerme bien, por lo que puede estar cansado y/o con sueño durante el día.
Puede ser que lo padezcas y no te hayas enterado, ya que ocurre durante el sueño y muchas veces pasa desapercibido. El primero en notar los signos de la apnea del sueño suele ser un familiar o la pareja que comparte la cama con la persona que sufre el padecimiento.
La apnea del sueño se caracteriza por una o más pausas en la respiración, o por respiraciones superficiales durante el sueño. Las pausas pueden durar entre unos pocos segundos y varios minutos, y pueden ocurrir entre 30 o más veces por hora.
Generalmente, la respiración vuelve a la normalidad con un ronquido fuerte o un sonido similar al que una persona hace al atragantarse.
Casi siempre, la apnea del sueño es un problema crónico de salud que altera el sueño. La persona pasa de un sueño profundo a un sueño liviano cuando hay una pausa en la respiración o cuando la respiración se vuelve superficial.
Es el tipo más común de la apnea del sueño. En ella, las vías respiratorias se estrechan o bloquean durante el sueño, lo que origina una respiración superficial o pausas en la respiración. Cuando la persona trata de respirar, el aire que logra pasar por la parte obstruida puede causar ronquidos fuertes.
La apnea obstructiva del sueño es más frecuente en personas con sobrepeso, pero puede afectar a cualquiera como, por ejemplo, a niños pequeños con las amígdalas inflamadas.
Muchos de estos síntomas empeoran debido a un mal sueño y la disminución de los niveles de oxígeno que ocurren como resultado de la interrupción en la respiración. Además, existen algunos síntomas que pueden estar conectado a un tipo de apnea de sueño específica:
Los ronquidos crónicos son los síntomas más comunes de la apnea del sueño, eso no significa que todos los que roncan tienen apnea del sueño. En general, una persona con apnea del sueño no se da cuenta del problema que tiene hasta que otra persona se lo hace notar.
El tamaño y la posición del cuello, la mandíbula, la lengua, las amígdalas y otros tejidos de una persona, cerca de la parte posterior de la garganta, pueden afectar directamente al flujo de aire.
El sobrepeso es una de las principales causas y puede ser un factor de riesgo subyacente en hasta el 60% de los casos. La obesidad contribuye al estrechamiento anatómico de las vías respiratorias, y diversas investigaciones, han descubierto que un aumento del 10% en el peso puede equivaler a un aumento en el riesgo de sufrir apnea del sueño.
Los sedantes y las drogas pueden hacer que el tejido de la garganta se relaje, facilitando la obstrucción de las vías respiratorias.
Las personas que tienen uno o más parientes cercanos con este problema son más propensas a desarrollarlo por sí mismas.
Se ha descubierto que las personas que fuman, especialmente los fumadores constantes, tienen una mayor posibilidad que las personas que no fuman.
Esta posición para dormir facilita el colapso de los tejidos alrededor de las vías respiratorias y causa obstrucciones.
Las personas cuya capacidad de respirar por la nariz se reduce debido a la congestión tienen más probabilidades de sufrir apnea del sueño.
Las afecciones hormonales como el hipotiroidismo y la acromegalia (exceso de hormona de crecimiento) pueden aumentar el riesgo de sufrir apnea del sueño al provocar la hinchazón del tejido cercano a las vías respiratorias y/o contribuir al riesgo de obesidad de una persona.
La apnea del sueño puede provocar una privación del sueño debido a las constantes interrupciones nocturnas y a un sueño general menos profundo.
La falta de sueño se asocia con consecuencias de gran alcance para la salud, que afectan a una persona física, mental y emocionalmente y, como resultado, no es de extrañar que la apnea del sueño se haya vinculado a diversos males.
Debido a la forma en que afecta al equilibrio de oxígeno en el cuerpo, la apnea del sueño sin tratar plantea peligros para varios tipos de problemas cardiovasculares, como la hipertensión arterial, un posible ataque cardíaco, enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares.
¿Cómo enfrentarla?
Si bien, a menudo, el trastorno queda sin diagnosticar, es un problema crónico de salud que con un tratamiento a largo plazo –que incluye cambios en el estilo de vida, el uso de dispositivos bucales y/o respiratorios o, en el otro extremo, cirugía- puede tener mucho éxito. Si necesitas ayuda, contacta a un médico especialista.
Un buen colchón para el apnea del sueño
Aunque un colchón nuevo no es la cura para el apnea del sueño, el correcto puede hacer la diferencia entre una pésima noche y un excelente descanso.
Según los especialistas, lo primero que debes considerar en un colchón es que te ofrezca el mejor alivio de la presión, en especial porque se recomienda dormir de lado para frenar los ronquidos, abrir las vías respiratorias y ayudar a respirar fácilmente mientras se duerme.
Además, es importante asegurarse de que los materiales sean hipoalergénicos. Se recomienda también que cuenten con materiales naturales y orgánicos en lugar de sintéticos, ya que estos pueden desencadenar alergias, asma y problemas respiratorios.
Esperamos haberte podido ayudar a reconocer mejor este trastorno. Cuéntanos, ¿conoces a alguien cercano que lo sufra? ¿Cómo ha afectado su vida diaria?
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