La mayoría de las personas tienen un periodo de sueño de alrededor de 8 horas, en los que se debe descansar de manera adecuada, que se ve interrumpido en ocasiones por enfermedades físicas, emocionales o situaciones problemáticas que afectan el sueño temporalmente.
Algunas personas pueden presentar trastornos en la calidad del sueño, que alteran su contenido y que pueden generar mucho temor cuando se presentan, uno de dichos trastornos del sueño es la parálisis de sueño, pero ¿en qué consiste y qué problemas puede generar? A continuación te explicamos todo lo que debes saber sobre este trastorno.
De acuerdo a David Lira, Jefe del Laboratorio de sueño del Instituto Peruano de Neurociencias, la parálisis de sueño es un trastorno que ocurre al menos una vez en la vida de hasta el 50% de la población general.
Este trastorno consiste en la imposibilidad de realizar movimientos voluntarios, la persona se encuentra paralizada y generalmente ocurre al momento de conciliar el sueño o al momento de despertar.
Sin embargo, según el médico neurólogo Lira, esta parálisis no afecta la respiración o los movimientos de los ojos; habitualmente la persona que lo padece, siente mucho temor y angustia, percibiendo la duración de la parálisis como muy prolongada, aunque no suele durar más que algunos minutos.
Las personas que han tenido uno o dos episodios de parálisis de sueño, suelen no darle importancia; sin embargo, cuando se hace frecuente; habitualmente asociado a una forma de presentación genética asociado al cromosoma X o a personas que padecen de narcolepsia, puede generar mucho temor y miedo de que se repita, lo que genera ansiedad e insomnio, comprometiendo la calidad del sueño y agravando el trastorno.
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La parálisis del sueño suele ocurrir en dos momentos. Si se produce mientras se está durmiendo, se denomina parálisis del sueño hipnagógica o predormital. Si ocurre mientras te despiertas, se denomina parálisis del sueño hipnopómpica o post dormital.
A medida que te vas quedando dormido, tu cuerpo se va relajando lentamente. Por lo general, te vuelves menos consciente, por lo que no notas el cambio. Sin embargo, si permaneces o te vuelves consciente mientras te duermes, puedes notar que no puedes moverte ni hablar.
Durante el sueño, tu cuerpo alterna entre el sueño REM (movimiento ocular rápido) y el NREM (movimiento ocular no rápido). Un ciclo de sueño REM y NREM dura unos 90 minutos. El sueño NREM se produce en primer lugar y ocupa hasta el 75% del tiempo total de sueño. Durante el sueño NREM, el cuerpo se relaja y se restablece.
Al final de la fase NREM, el sueño pasa a la fase REM. Los ojos se mueven rápidamente y se producen sueños, pero el resto del cuerpo permanece muy relajado. Tus músculos están «apagados» durante el sueño REM. Si te das cuenta antes de que el ciclo REM haya terminado, puedes notar que no puedes moverte ni hablar.
Según David Lira, miembro de la American Academy of Sleep Medicine (AASM), algunas situaciones personales pueden aumentar la frecuencia de los episodios de parálisis de sueño como no dormir por cualquier motivo, tener emociones intensas y repetitivas, así como la deshidratación con trastornos de los electrolitos.
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Hasta cuatro de cada diez personas pueden sufrir parálisis del sueño. Esta afección tan común suele notarse por primera vez en la adolescencia, pero pueden padecerla hombres y mujeres de cualquier edad. La parálisis del sueño puede ser hereditaria. Otros factores relacionados con la parálisis del sueño son:
El diagnóstico de la parálisis de sueño se realiza a través de una anamnesis detallada, puede corroborarse mediante la realización de una polisomnografía que permite documentar la desincronización entre la actividad eléctrica cerebral y actividad motora periférica.
De acuerdo a Lira, el tratamiento sólo debe realizarse en aquellas personas que sufren parálisis de sueño con relativa frecuencia, aunque no hay un número mínimo determinado de episodios, lo más importante es el impacto en la persona que la padece; algunas personas con un solo episodio al mes, al ser susceptibles y temerosos, pueden ver limitado su sueño y su comportamiento. En caso de ser necesario, un médico especialista en sueño puede prescribir fármacos que ayudan a evitar que se repita.
No hay necesidad de tener miedo. Si tienes parálisis del sueño ocasionalmente, puedes tomar medidas en casa para controlar este trastorno. Comienza por asegurarte de dormir lo suficiente. Haz lo que puedas para aliviar el estrés en tu vida, especialmente justo antes de acostarte. Prueba nuevas posiciones para dormir si duermes de espaldas. Y asegúrate de consultar a tu médico si la parálisis del sueño te impide dormir bien de forma habitual.
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