Las almohadas viscoelásticas y de otros materiales forman parte de tu descanso cada noche. Con el uso, acumulan sudor, polvo y alérgenos que afectan la higiene de tu dormitorio. Aunque laves las fundas seguido, el relleno también necesita atención para conservar la comodidad y el soporte sin perder la forma.

Aquí surge la pregunta: ¿cómo se lavan las almohadas? La respuesta depende del material, del método que elijas y de la frecuencia con la que realices el aseo. En este artículo, aprenderás a cuidarlas según su material, limpiarla paso a paso y evitar los errores que las dañan para mantenerlas frescas por más tiempo.

¿Por qué es importante lavar las almohadas?

Mientras duermes, tu almohada acumula células muertas, grasa natural de la piel, partículas de polvo, hasta restos de maquillaje o productos capilares. Con el tiempo, esto genera un ambiente perfecto para ácaros y bacterias que pueden causarte alergias, problemas respiratorios y olores desagradables.

Si lavas tus almohadas con regularidad, reduces la concentración de residuos, prolongas la vida de las telas y logras que el relleno siga siendo cómodo. Aunque la frecuencia varía según el material, te recomendamos realizar una limpieza profunda un par de veces al año y reforzar con rutinas de cuidado más seguidas en los modelos delicados.

Tipos de almohadas y cómo cuidarlas

Cada material responde distinto al agua, al movimiento y a los detergentes. Por eso, lo primero que debes hacer es revisar la etiqueta de instrucciones. Aquí te dejamos los tipos de almohadas y la forma adecuada de limpiarlas según su composición:

Almohadas que pueden meterse a la lavadora

almohadas lavables lavadora

Algunos rellenos y tejidos toleran programas delicados y detergentes líquidos suaves. Lo ideal es usar agua fría o tibia, junto con ciclos cortos, para proteger las costuras y el relleno. Dentro de este grupo se encuentran:

  • Almohada de algodón: admite limpieza en máquina con detergente líquido y agua fría o tibia. Si la aspiras antes de meterla a la lavadora, el resultado será mucho mejor.
  • Almohada de poliéster o de fibras sintéticas: soporta programas suaves sin perder volumen. Procura no sobrecargar la lavadora para que el agua circule de manera correcta.
  • Almohada de plumas y plumón: requiere agua fría, detergente neutro y un enjuague adicional. Antes de iniciar, revisa las costuras para asegurarte de que no haya fugas de relleno.
  • Almohada de bambú o de fibras de celulosa: se recomienda lavarla en ciclos delicados con jabón neutro, si la etiqueta lo indica. Al tratarse de fibras naturales, evita el uso de químicos agresivos para mantener sus propiedades antibacterianas.

Si cuentas con la opción de usar la máquina, te resultará más sencillo asearlas, siempre que respetes las instrucciones del fabricante.

Almohadas que se deben lavar a mano

Existen materiales que no soportan la lavadora ni la inmersión prolongada. En esos casos, lo mejor es hacer un fregado manual por zonas, con poca agua y movimientos suaves. Estas son las que requieren este tipo de atención:

  • Almohada de látex: es elástica pero sensible a la humedad. Límpiala con un paño humedecido en agua tibia y jabón neutro, y retira los restos con otro paño limpio. Así conservará su firmeza.
  • Almohada de espuma con memoria (viscoelástica): necesita de un trato delicado. Atiende las manchas con un paño no tan humedecido. Si llegas a sumergirla, hazlo por poco tiempo y sin retorcerla para evitar deformaciones.

como limpiar almohada espuma memoria

Aunque demandan más paciencia, con estos métodos se mantendrá en buen estado por muchos años.

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Paso a paso para lavar una almohada

A continuación, te enseñaremos a lavar una almohada sin que se deforme paso a paso. De esta manera, podrás dejarla en perfectas condiciones para dormir en ella:

1. Revisa y prepara la almohada

Quita la funda, fíjate en la etiqueta de cuidado y comprueba que no haya costuras abiertas. Luego, aspira o cepilla la superficie para retirar polvo y cabellos.

2. Elige el método adecuado

Decide si vas a usar la lavadora o limpiarla a mano según el material. El algodón, el poliéster, las plumas y el bambú suelen tolerar programas delicados. En cambio, el látex y la viscoelástica requieren de una limpieza manual.

3. Usa el detergente correcto

Escoge detergentes líquidos y suaves. No uses más cantidad de la necesaria, pues los residuos pueden generar malos olores.

4. Haz un enjuague profundo

En la lavadora, selecciona un enjuague extra. Si friegas a mano, enjuaga varias veces hasta eliminar todo el jabón. 

Siguiendo este procedimiento, lograrás limpiar una almohada a fondo y conservarla firme, fresca y cómoda cada noche.

Errores comunes al limpiar tus almohadas

Lavar tus almohadas parece sencillo, pero muchos cometen errores que acortan su vida útil. Estos son los más comunes:

  • Usar blanqueadores agresivos que dañan las fibras y dejan olores fuertes.
  • Sobrecargar la lavadora, ya que impide que el agua circule y deforma el relleno.
  • Ignorar la etiqueta de cuidado, donde cada material tiene instrucciones específicas.
  • Excederte con el detergente, porque los residuos atrapados provocan mal olor.
  • Frotar con fuerza materiales delicados como el látex y la viscoelástica.

Si los evitas, podrás disfrutar de almohadas en mejores condiciones por mucho más tiempo.

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¿Cada cuánto tiempo debes lavar tus almohadas?

La frecuencia depende del material y del uso que les des. Si son de fibras sintéticas, algodón, plumas o bambú, deberías asearlas a fondo cada seis meses. Por otro lado, el látex y la viscoelástica necesitan una higienización a mano cada dos o tres meses.

Si tienes alergias, conviene que las limpies más seguido para reducir la presencia de polvo y ácaros. Además, usar fundas protectoras junto con las sábanas te ayudará a alargar los intervalos de limpieza del relleno.

¿Cuándo tienes que reemplazar tu almohada?

Aunque un buen cuidado prolonga su duración, toda almohada tiene un tiempo de desgaste. Algunas señales de que debes reemplazarla son:

  • Pierde la forma y ya no recupera su estado original.
  • Mantiene olores desagradables incluso después de lavarla.
  • Presenta manchas que no desaparecen con las limpiezas.
  • Ya no brinda el soporte necesario.

Si notas alguna de estas señales, lo mejor es cambiarla por una nueva almohada que se adapte a tus necesidades de descanso.

Ahora ya conoces las maneras correctas de lavar una almohada para tener una cama limpia y cómoda. Con un buen procedimiento, detergentes suaves y enjuague adecuado, conservarás su frescura. Asimismo, si la aseas de forma continua, durará más y podrás disfrutar de un sueño reparador.

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