El verano es la estación de las parrillas, los viajes a la playa o tan solo de disfrutar de los hermosos atardeceres que la temporada nos regala, pero si no se tiene cuidado, también puede ser el enemigo de una de las cosas que más disfrutamos en la vida: el sueño adecuado.
La temperatura ideal para dormir está entre los 15°c y los 19°c, según la Fundación Nacional del Sueño de los Estados Unidos, por lo que el verano -con sus altas temperaturas y el aumento de la luz del día- no suele ser una la mejor bienvenida para el mejor descanso.
Si a esto le sumamos un mayor número de actividades que alteran la rutina, ¿Cómo puede alguien disfrutar del verano y seguir durmiendo bien? A continuación, en Paraíso no solo te ofrecemos los mejores colchones también te invitamos a conocer algunos de los errores más comunes, y que debemos evitar, para dormir adecuadamente durante la temporada de verano.
Para mantenerte fresco, los ventiladores y el aire acondicionado son soluciones habituales, pero también hay que considerar sábanas con tejidos más transpirables, como el algodón. De acuerdo a especialistas, aunque no hay una temperatura exacta que sea perfecta para todo el mundo, el dormitorio debe sentirse fresco.
Al empezar a dormir, la temperatura del cuerpo disminuye. Tener una habitación que esté dentro de este rango ayuda a que el cuerpo alcance la temperatura ideal, lo que ayuda a prevenir molestias y a garantizar un sueño de calidad con movimientos oculares rápidos (REM), la etapa del sueño caracterizada por la mayor actividad cerebral.
Una investigación llevada a cabo en 1997 descubrió que el sueño reparador, incluida la fase REM saludable, tiene una gran influencia en el estado de ánimo y el estado de alerta. Una fase REM de calidad es la clave para ser personas mucho más felices.
Para mantener la habitación a oscuras, considera la posibilidad de utilizar cortinas opacas, que pueden ayudar a protegerte de la luz exterior por la noche. Si no puedes dejar el móvil u otro dispositivo que emita luz azul en las dos horas previas a dormir, descargar una aplicación de luz azul en tu teléfono puede ayudar a tu cuerpo a producir melatonina para facilitarte el sueño.
Como muchos otros expertos del sueño, la cama es «para dormir y tener relaciones con tu pareja y nada más».
Si estás en la cama para leer, pasar el rato o ver la televisión, al cuerpo y al cerebro les resulta más difícil separar el sueño de todo eso.
Si te quedas despierto por la noche y no puedes conciliar el sueño, los expertos recomiendan salir de la cama para hacer otra actividad, como leer, hacer un crucigrama, etc., y luego volver a la cama: es más probable que te duermas así.
Si tienes muchas cosas en la cabeza, puedes anotar algunos pensamientos para saber que volverás a ellos por la mañana y así despejar tu mente. Una vez que te sientes cansado de nuevo, vuelve a tu habitación y trata de dormir.
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En verano hay más actividades nocturnas y durante el fin de semana, que nos tientan a estar más tiempo fuera de casa, pero a menudo pueden echar por tierra nuestro horario de sueño, que es de vital importancia.
Aunque habrá ocasiones en las que no sea posible, se recomienda mantener un horario de sueño regular, que incluya un periodo de «relajación» para indicar al cerebro que es hora de dormir. El período de relajación puede incluir una ducha, la lectura, la respiración profunda o alguna otra rutina para preparar el cuerpo para ir a dormir.
Tomar bebidas con cafeína a altas horas de la noche puede dificultar la conciliación del sueño y empeorar la calidad del mismo.
Además, programar las comidas a última hora de la noche, en lugar de comer a primera hora del día, puede provocar un aumento de peso y perjudicar el metabolismo de las grasas. También puede elevar tus niveles de insulina, glucosa en ayunas, colesterol y triglicéridos.
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La actividad física es buena para el sueño y se ha demostrado que reduce el insomnio. Tan sólo 10 minutos de ejercicio aeróbico regular, aunque sea caminando, pueden mejorar significativamente la calidad de tu sueño nocturno, según la Fundación Nacional del Sueño. Lo importante es no hacer ejercicio demasiado cerca de la hora de acostarse, ya que la energía añadida por la actividad puede mantenerte despierto.
Una siesta de 10 o 15 minutos puede ayudar a ser saludable, ya que envía al cerebro a un sueño ligero no REM. Las siestas largas de más de 20 minutos aumentan el riesgo de que el cuerpo entre en un sueño profundo, lo que provoca esa sensación de aturdimiento.
La luz solar natural suele mejorar nuestro estado de ánimo. La luz solar también puede ayudarnos a despertarnos por la mañana y contribuir a regular nuestros ritmos circadianos a lo largo de las 24 horas del día.
Las personas tienden a sentirse mejor en los meses de verano. Hay una ligera elevación de nuestro estado de ánimo. Se reportan más emociones positivas.
El sueño puede ser más difícil o más fácil en el verano – la clave es ser consciente de cómo aspectos como la temperatura, la luz y las actividades influyen en ese sueño tan importante.
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